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Beneficios de un año escolar en el extranjero

La sociedad actual tiende a la globalización y al intercambio cultural, a romper las barreras entre países y estados y fomentar el intercambio de información y trabajadores para buscar la prosperidad y la excelencia empresarial.

En este sentido, sería mala idea no dotar a nuestros hijos de las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo de mañana, el mundo en que ellos tendrán que valerse por sí solos. Las capacidades que necesitan adquirir no están disponibles en su colegio o instituto, ni tampoco en academias extracurriculares que puedan impartir clases de idiomas. Lo que nuestros hijos necesitan es una experiencia real y controlada.

Los cursos escolares en el extranjero permiten experimentar las dificultades que adaptarse a un entorno nuevo y desconocido puede tener y practicar el idioma con regularidad hasta alcanzar la proficiencia, por supuesto siempre bajo tutela, bien de una familia de acogida local o de un tutor. Los jóvenes que experimentan este tipo de circunstancias aprenden a utilizar sus recursos con mayor versatilidad, lo que se traduce en un incremento de su preparación para afrontar los obstáculos que la vida pone por delante.

Entre los diversos posibles destinos, nuestra recomendación siempre será la de un país anglófono donde se hable el inglés británico, ya que a efectos prácticos se trata del dialecto considerado oficial. Se reducen pues las localidades de acogida a aquellas situadas en las islas británicas.

Irlanda es un socio de la Comunidad Económica Europea y miembro de la Unión. Desde un punto de vista pragmático representa la mejor opción por la facilidad de acceso al país y cercanía, la similitud del nivel de vida y uso de la moneda común europea, la adopción del sistema métrico en sus planes de estudios (frente al sistema imperial todavía utilizado en gran parte de Reino unido) y otras cualidades que lo hacen idóneo.

Las experiencias de jóvenes que han pasado un año escolar Irlanda que nuestros clientes han compartido con nosotros demuestran un aumento en el nivel de madurez, capacidad de resolución de problemas y adaptación a nuevas circunstancias, y, por encima de todo, la adquisición de un alto nivel léxico, y naturalidad y fluidez para hablar el inglés con corrección muy superior al que tenían antes de la partida. Los años escolares en el extranjero son una magnífica herramienta para aquellos alumnos de último año de instituto que necesiten una experiencia enriquecedora que les facilite la adaptación al entorno universitario, y también para aquellos universitarios que cursen estudios de Ciencias Sociales y deseen obtener una preparación superior a la hora de incorporarse al mundo laboral.