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Año escolar Cork: Influencia en adultos y jóvenes.

Año escolar Cork

A la hora de enviar a los hijos a estudiar al extranjero, tres son las principales preocupaciones para sus padres: por un lado, qué gestiones hay que realizar para la escolarización durante un año; por otro, el formato de alojamiento, y un tercero, cómo va a ser la vida social y cultural de sus hijos.

Afortunadamente, hay muchas agencias que se hacen cargo de todo esto; además de conseguir que la experiencia sea gratificante tanto para los estudiantes como para sus familias. Veamos un ejemplo.

Supongamos que una familia monoparental quiere enviar a su hijo un año académico Cork, en Irlanda. Una decisión difícil para una familia unida. A nivel técnico, primero se debe solicitar la convalidación de estudios y solicitud de plaza al menos con 4 o 5 meses antes del curso escolar a seguir aunque podemos realizar la búsqueda incluso 2 meses antes . Esto es importante para poder conseguir dicha plaza.

A partir de aquí, toca preocuparse del formato de alojamiento para el estudiante, algo que las agencias cuidan mucho. Para ello contactan con las mejores residencias, apartamentos o familias de acogida. Elegir una u otra va a depender, entre otros aspectos, de si los padres quieren aprovechar y visitar a su hijo de forma regular.

En este sentido, la experiencia puede ser muy agradable si, por ejemplo, el estudiante se aloja en una familia (homestay). La flexibilidad de los planes y los servicios de las agencias permite, por ejemplo, que los padres visiten durante la Semana Santa a su hijo, pernocten en la casa de la familia que aloja al estudiante y, si así lo desean, participen de un curso de inglés o actividades familiares como pequeñas escapadas por el country side irlandés; en este caso, el más joven será el cicerone y cuide de la familia al conocer ya el entorno y la lengua.

Otras opciones y planes pueden incluir unas vacaciones más extensas y aprovechar para visitar, en el caso de Irlanda, ciudades como Dublín, Galway o Killarney.

Por supuesto, en un orden de prioridades, la formación académica del estudiante es lo más importante. Esto no implica que no se pueda compaginar con que el propio estudiante tenga una experiencia vital extraordinaria y que esa ?aventura? la comparta con sus padres, creando unos vínculos inolvidables para toda la familia.